NUEVA YORK (Reuters gezondheid) – Las personas que han padecido

empujones, cachetazos o golpes nl la niñez serían más propensas

een desarrollar depresión, ansiedad y trastornos de la

personalidad nl la edad adulta.

Un equipo de Canadá estimó que el 2 een 7 por ciento de esos

trastornos mentales serían por castigos impuestos nl la niñez,

excluidas las formas más graven de abuso y maltrato.

“El maltrato es traumático, pero lo importante whinose es que

hasta los hábitos de crianza peligrosos que geen zoon clasificados

como maltrato están asociados con los trastornos (mentales)”,

dijo Lisa Berlin, de la Facultad de Asistencia sociale de

Universidad de Maryland.

El equipo de Tracie Afifi, de la Universidad de Manitoba,

que sabía alrededor de la mitad de los niños reciben palmadas

como castigo, pero quiso saber qué ocurría con castigos más

< p> fuertes, como golpes y empujones.

Para eso, analizó información del Censo de Estados Unidos

del 2004 y el 2005, obtenida een través de una encuesta per 35.000

adultos del país. Halló que el 6 por ciento de los entrevistados

dijo que en la niñez había sido castigado algo más que una con

palmada “een veces”, “con frecuencia” o “muy frecuentemente”.

Aquellos que habían padecido castigos físicos más duros

tendían een ser más propensos een desarrollar distintos trastornos

anímicos o de la personalidad o een consumir drogas o alcohol.

Por ejemplo: el 20 por ciento de los que recordaron el

castigo físico habían padecido depresión y el 43 por ciento

había abusado del alcohol nl algún momento, comparado con el 16

y el 30 por ciento, respectively, de los que niet habían

padecido golpes o cachetazos en la niñez.

< p"> This remained even after considering the problems

relatives, including parents, mental treatments

besides ethnicity, income and education of the

interviewed.

” people think that while not crossing the line of the

, child abuse and the physical punishment fails to be an abuse,

these children will not have negative long-term consequences

– said Afifi-. but is a continuous passage of non-violence to the

violence. “

in Pediatrics, the team publishes physical punishment

would produce chronic stress on the children. that could increase the

possibility of developing depression or anxiety in the

future.

Michele Knox, psychiatrist specializing in family violence

and juvenile of the Faculty of Medicine of the University of

Toledo, agreed that that would be a viable explanation.

“”Lijfstraffen genereert chronische, en soms stressoren

herbevestigde, voor de jonge mensen. Wij weten dat stressoren

hebben een negatief effect op de hersenen”, zei Knox, die niet

nam hij deel aan de studie.

, maar de resultaten dienen niet als bewijs dat de straffen zijn de

veroorzaken van het intreden van stemmingsstoornissen en de

persoonlijkheid. psychische aandoeningen zoals depressie en de

angst, bijvoorbeeld, zijn ten dele genetische.

toch Knox zei: “klappen of andere vormen van gebruik

lijfstraffen geproduceerd een grote hoeveelheid negatieve effecten

en bijna geen positieve”. deze nadelige effecten omvatten de

agressiviteit en kind delinquentie, onder andere, gesloten de

specialist.

Bron: kindergeneeskunde, online 2 juli 2012